El Lega juega con fuego

Tonino pelea un balón con el rival / FOTO: CDL

Butarque volvió a resucitar a un muerto. El Leganés, sin rumbo ni patrón, perdió este domingo con el Conquense por la mínima (0-1) en un partido terrible. Y no tanto por las impresiones futbolísticas --que también dejaron mucho que desear-- sino por el poso que queda a largo plazo. El equipo vive de puntillas para no caer al descenso y la afición ya ha estallado contra Paco Belmonte, director deportivo del club. La gestión de la plantilla no gusta a la grada, que obvia sus críticas al máximo accionista, y en menor medida a los jugadores, responsables directos del desastre.

El duelo ante los manchegos, que jugaron sin sus dos centrales titulares, supuso el redebut de José María Rico como técnico. Una segunda experiencia que será bien distinta a la de hace justo un año, con epílogo en Badalona, pero --a fin de cuentas-- con sabor a 'play-off'. Este año, como mucho, tendrá el difícil trabajo de unir a un vestuario descosido, de hacer creer su mensaje a jugadores que son incluso mayores que él. Montaña empinada, sudor y lágrimas. Añádanle épica al asunto. Les quedará bien.

Ayer, en su primera rueda de prensa, Rico reclamó esfuerzos de todos los lados, relativizó con inteligencia sobre la ansiedad que generan "las situaciones turbias" y se agarró a las raíces de la "familia" para demostrar su grado de compromiso, su sentimiento pepinero. Perfecto, sensacional hasta que el nuevo míster defendió la actitud de su plantilla. "Mis jugadores son unos auténticos profesionales, su grado de esfuerzo es máximo (...) Decir que no han corrido, sería incluso de mezquinos".

Imagino que el mensaje interno será bien distinto porque sino, más de un socio se habrá enfadado, y con razón. Y no lo digo por Rico (faltaría más, apenas lleva cuatro días como líder) , lo digo por los jugadores, agitadores de la ilusión, los 'dueños' del club. Rubén Navarro, Tonino, Falcón y compañía no están acostumbrados a jugar con fuego. Alguien debería recordarles que si lo tocan, acabarán quemándose.