Foto: La Voz de Lanzarote
Acostumbro ir a Butarque bien peinado, con el deseo de recibir un nuevo número de Sentimiento Pepinero y con la predisposición positiva de ver al Lega hacer un buen partido, ganarse a la afición y sacar los tres puntos. Ayer, contra el Lanzarote, sólo se consiguió lo último. El equipo se ha despegado sin complejos del concepto que bien llamaron 'tiqui taca' y es una clara muestra del estilo más primitivo que se asocia a este deporte.
La afición no pedía filigranas, ni tampoco fútbol de salón, pero hubiera preferido no tener que sufrir tanto para ganar al colista, para terminar con seis semanas de asueto. Por suerte del Leganés, Carlos Martínez viste a rayas blancas y azules, y también Quini, asociación perfecta que acabó por presentar rendición a la defensa canaria a quince minutos del final. Para entonces, uno de los mejores ya estaba en el banquillo. Recuérdenlo bien.
Lleva botas rojas y juega en el centro del campo. Se llama José Morato y sacó del tedio al coso pepinero con tres pases de fantasía. Eso se aplaude en Butarque, que quiere algo distinto y que sabe mejor si tiene olor a cantera. Duque le quitó seguramente porque sea más fácil cambiarle a él que a Juli a Nacho o a otro con más otoños en la primera plantilla. Sexto a dos puntos del 'play-off', la historia mantiene las constantes. La semana que viene a Las Palmas contra el Universidad. Virgencita virgencita, que me quede como estoy.
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