deportivoleganes.comEl fútbol es un estado de ánimo. Así lo definió el argentino Jorge Valdano, experto en envolver fracasos con papel de regalo y de serpentear con elegancia la pregunta más sabuesa. Sin ninguna duda que acertó de pleno. Se trata de la manera en que proyectas tus semanas, tus días, incluso tus ganas de echarle mano al domingo. Allí estará el Leganés visitando al Alcorcón, la dulce princesa del cuento que siempre come perdices y que un día llenó telediarios por zarandear al Madrid de Cristiano, el mismo de la producción cinematográfica del pasado verano.
En esta ocasión se le espera manso, concentrado en su doble enfrentamiento que le dirija a Segunda y sabedor de que bastante daño ha hecho ya a este Lega, cuya trayectoria se ha torcido últimamente cuando su rival vestía de amarillo. Lo consiguió el 0-6 de la temporada pasada, aún creyendo que acabaría en anécdota, y también lo evidenció el 0-2 del partido de ida, que privó de triunfos a Butarque hasta el milagro ante el Universidad. Una relación entre vecinos que vivirá un nuevo capítulo en Santo Domingo, con el estado de ánimo pepinero como bandera.
La afición no se queda atrás. Rebosa números y recurre a la cuenta la vieja, pero a dos o tres días del partido todo vale, y a fin de cuentas, es lo más bonito de este juego. Especular en la previa, soñar despiertos, rellenar nuestra cabeza de imágenes que no sabemos si ocurrirán algún día, ponernos el traje de gala para no faltar a la cita del ‘play-off’. Allí debería estar en Lega con la cabeza bien alta, con las esperanzas a flor de piel, con la piel de gallina, con… su estado de ánimo.
En esta ocasión se le espera manso, concentrado en su doble enfrentamiento que le dirija a Segunda y sabedor de que bastante daño ha hecho ya a este Lega, cuya trayectoria se ha torcido últimamente cuando su rival vestía de amarillo. Lo consiguió el 0-6 de la temporada pasada, aún creyendo que acabaría en anécdota, y también lo evidenció el 0-2 del partido de ida, que privó de triunfos a Butarque hasta el milagro ante el Universidad. Una relación entre vecinos que vivirá un nuevo capítulo en Santo Domingo, con el estado de ánimo pepinero como bandera.
La afición no se queda atrás. Rebosa números y recurre a la cuenta la vieja, pero a dos o tres días del partido todo vale, y a fin de cuentas, es lo más bonito de este juego. Especular en la previa, soñar despiertos, rellenar nuestra cabeza de imágenes que no sabemos si ocurrirán algún día, ponernos el traje de gala para no faltar a la cita del ‘play-off’. Allí debería estar en Lega con la cabeza bien alta, con las esperanzas a flor de piel, con la piel de gallina, con… su estado de ánimo.
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