lunes, 24 de octubre de 2011

Callejón sin salida

FOTO: Opinión de A Coruña/Fran Martínez

"O cancerbeiro do Leganés evitou a derrota no último minuto"... Con esta frase murió la retransmisión del partido en la radio gallega. Tres amigos y un servidor, en un banco cualquiera de un parque de este mundo, se pegaban a la señal que llegaba desde Coruña vía Internet. El Lega vencía 1-2 a falta de diez minutos, habíamos fallado un penalti y Vicente se retiraba lesionado poco después del descanso. Nada nuevo bajo el sol. El Montañeros acabó empatando sin necesidad de invocar a la justicia y despojó dos puntos a un moribundo Leganés, desnortado, sin hambre, sin capacidad de reacción.

Cada domingo es el juicio final, cada partido parece la última oportunidad para darle la vuelta y los jugadores, que se despegan de la palabra 'ansiedad', no entienden de qué va la película. Resulta doloroso ver a uno de los equipos aspirantes tan lejos del cielo. Pero el Lega sigue anclado en sus vicios. Incapaz de dar un golpe de timón, tendrá que reinventarse en muy poco tiempo. Si no es así, la plantilla, con Miguel Álvarez al frente, deberá rebajar sus expectativas. Me consta que, mientras hay vida, hay esperanza y eso nunca se admitirá institucionalmente.

La afición bromea con la situación del equipo y justificar el enésimo empate del curso resulta un trabajo de chinos. Aún así, me arremangaré la camisa para pelearme en el barro con quien quiera. Entiéndanme bien, saben que soy un hombre de palabra. Me refiero a seguir con las espadas en alto para mantener al entrenador. La idea del club es ésta y lo demás, mentiras. Álvarez continuará pase lo que pase y los jugadores lo saben.

"Lo tengo claro, Miguel es el mejor entrenador que he tenido nunca". Así resumió anoche un jugador de la plantilla su postura respecto al míster. No pondré rostro a sus palabras, era una conversación privada, pero no había micrófonos, podía haber dicho cualquier cosa y no lo hizo. Si la conversación dura cinco minutos más... le saca en hombros de Butarque habiendo ganado un solo partido. Todo esto resulta significativo... A mí, al menos, me lo parece.

Quizá, lo primero de todo, será que el entrenador andaluz convenza a los tres o cuatro jugadores que no quieren formar parte del proyecto pepinero. Esto es un privilegio y el dinero no cae del cielo. A partir de ahí, con el camino limpio, seguro que volveremos a encontrar una rendija para ver la luz. Yo me quedo con el míster. Suena a retórica política, a eslogan publicitario con afán persuasivo. Lo hago porque creo que las responsabilidades, principalmente recaen la plantilla. El Castilla será una nueva oportunidad para abandonar este callejón sin salida.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Con estos jugadores, yo desisto. Que vaya al campo Perry.