Está claro que al Lega le va bien jugar sin red. Segundo partido de Víctor, segunda jornada con la obligación de ganar y segunda semana de éxito. La goleada por 4-0 al Celta B, con especial mención para Rubén Navarro, autor de un triplete, apartó la tensión y recuperó las sonrisas en Butarque. Biel, ese Leónidas que ya se ha ganado el corazoncito de los pepineros, abrió el camino con un cabezazo. Canario fue el arquitecto a balón parado y el ariete catalán enhebró la dependencia blanquiazul de aquí a final de temporada. Se jugó sin miedo, proponiendo.
Dos jornadas, sólo dos. En ellas el Leganés será dueño de sus propios actos, deseoso de despegarse de la radio en la última jornada. Lugo y Atleti B son los rivales. Los gallegos, matemáticamente clasificados para el 'play-off', lucharán por guardar la segunda posición. El filial colchonero, que se mide al Sanse este domingo, podría llegar a Butarque con el único objetivo que jugarse la honra. Ojalá sea así, pero seis puntos son un mundo, con todos los apretones de mano (detrás del biombo) que se producen en el mes de mayo.
Víctor y Paco Álvarez tienen a la plantilla como un tiro. Entrenar menos tiempo, pero con más intensidad parece haber sido una de las claves. Rida volvió a jugar este domingo, Bayón dio una asistencia que ni Laudrup y De Lerma demostró que lleva el escudo del Lega tatuado a fuego. Carlos jugó con dolores estomacales, pero arrimó el hombro porque sabe de qué va esto. Jesús Álvaro parecía Jordi Alba y Falcón recuperó su instinto. Así por no citar a los 22. Este Lega está cerca de la meta, pero ahora debe dar el último sprint.
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