El Tenerife se volvió humano en Butarque. Tras cuatro victorias consecutivas, el conjunto canario cedió sus dos primeros puntos este domingo. Los de Álvaro Cervera --protestones con el árbitro y exquisitos con el césped-- acabaron pidiendo la hora en un ejercicio de fuerza, lucha y fe que tuvo nombre y apellidos: Club Deportivo Leganés. Carlos Martínez, el mejor del Lega, marcó de penalti a siete minutos del final y provocó la angustia de los chicharreros, que jugaron con uno menos este tramo del partido. El 1-1 dejó a la grada con ganas de más, pero se trataba del líder, un líder de mantequilla, por cierto.
De fútbol, mejor no hablamos. Ni unos ni otros propusieron una versión atractiva. Todos apelotonados en el centro del campo para recibir el saque rival, muchos codos y hombría militar. Eso es así, nada nuevo bajo el sol. Pero independientemente de esto, Butarque disfrutó como un niño con los últimos 15 minutos de su equipo. Robert, en boca de gol, Carlos Martínez a la cruceta y una retahíla de córners pusieron contra las cuerdas a un Tenerife venido a menos, únicamente henchido por los centímetros de Aridane.
Luismi Loro marcó para los tinerfeños, en una jugada extraña, pero no trastocó los planes del Leganés, nacido para remar contracorriente, para subir la montaña cuando nieva y para "tener alma". Así fue cómo definió Alfaro a su equipo. "Somos humildes, pero estamos orgullosos de serlo", reconoció el maño, consciente de que la baja de Cámara resulta casi vital para este Lega. Valleros, algo impreciso al comienzo, le hizo olvidar en la segunda parte; y Dioni catapultó la zona de tres cuartos. Mejoró el equipo y sacó un punto que supo a victoria. Aunque me caigan palos, pienso decirlo. Muchas veces un empate hace más afición que ganar 3-0 al Zamora. Buena semana.
GOLES DEL PARTIDO_
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