Si a mediados de noviembre alguien le hubiese dicho que el Leganés sería líder en febrero, le habría sonado a chota. Nadie podía imaginar que los 10 puntos de ventaja de Las Palmas se iban a convertir en cuatro a favor unos meses después. La paciencia, la confianza y el buen hacer de una plantilla hambrienta han resultado un robusto líder que ayer ganó al Huesca a los puntos, como en el boxeo (2-0). Los de Garitano no fueron mejores que los azulgrana, donde brilló nuestro Pepe Aicart, pero sí fue un equipo serio que, cuando no produce, tampoco concede.
La primera parte terminó como empezó y eso fue lo mejor que le pudo pasar a un Leganés que también recordó la calidad de Álex Bernal en el balcón del área y del potencias de sus laterales, como Corrales, flamante fichaje de invierno. El Huesca es diferente al resto y eso se ve a la legua. Buen trato de balón, mucha profundidad, pero poco gol. Ése fue quizá su gran debe en Butarque, donde el Carnaval no pasó factura y presentó, más o menos, el aspecto habitual de los domingos. En el segundo acto, la entrada de Abel ofreció variantes que dieron aliento al centro del campo y el combate pasó a monólogo local.
Así, hasta que Mantovani agarró un centro de Candela para cabecear al palo largo y colocar el 1-0. No sé si merecido, pero marcar a siete minutos del final, después de como había sido el partido, lo convirtió en un triunfo de campeón, aquellos que solo tienen los elegidos. En la batidora también entró Rubén Rivera, que espació el trabajo de Carlos Álvarez en los últimos intercambios sobre el cuadrilátero. El 'guaje' marcó el segundo en el minuto 92 y provocó el éxtasis en Butarque. No piensen que va a ser fácil, ahora todos querrán ganar al Lega. Mientras tanto, alarguen la sonrisa si sienten pepineros. Están de enhorabuena.
FOTO: CDL
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