jueves, 26 de junio de 2014

¡Illa, illa, illa, Carlitos Maravilla!



Ojalá pudiera devolver a Carlos Martínez todas las alegrías que me ha dado como jugador del Lega. Me temo que estos cuatro párrafos no bastarán para compensar cada salto, cada abrazo y cada sonrisa que alargaste de domingo a domingo por alguno de tus golazos. Por tu entrega y por tus asistencias, que siempre han tenido denominación de origen. La mejor de las metáforas para definir la personalidad del capitán del Leganés: un gran jugador, sí, pero muchísimo mejor persona. Vamos, que después de Carlos no hay nada.

Todavía recuerdo la visita de un compañero fotógrafo a Butarque, de los que vienen limpios de polvo y paja. Sin tener ni puñetera idea del Lega y de Segunda B. A los cinco minutos me dice: "Tío, tengo 300 fotos del número 7". Le contesté, "además de la bandera del club es el yerno perfecto". El mismo Pablo Alfaro, en un programa de 'La Previa' nos contaba tras un entrenamiento: "No te imaginas, ahora nos ha preparado unas paellas para cuando acabemos". Una valía fundamental en estas dos últimas campañas. Pegamento de las diferencias, buena fe y transparencia ¡Qué poquitos quedan en el fútbol como él!

Cuesta creer que un jugador mayúsculo --por mucho que tenga 33 años-- no pueda visitar un ratito el cielo. Y digo cielo porque para el resto de la plantilla (a excepción de algún otro pepinero) el ascenso es un motivo de satisfacción, un sueño cumplido. Pero para Carlos es la meta por la que ha luchado durante cinco temporadas. Confiar una decisión al 'Zizou  de Llerena', era como confiársela a tu hermano. Podría salir bien o mal, pero sabías que Carlos iba a representar al escudo del Leganés por encima de sus propios intereses. Raúl, en el Madrid; Puyol, en el Barça.

Ahora que tenía todo para cumplir su verdadero sueño: jugar en Segunda de blanquiazul, ha tenido que decir adiós. Y lo ha hecho como sabe, con la elegancia de sus centros, los mismos que aprovecharon Quini, Aníbal, Dioni y Carlos Álvarez, entre otros delanteros. Cinco temporadas, el séptimo jugador con más partidos en la historia del club y más de una veintena de goles. No hubo paños calientes, un día después del subidón del ascenso, la decisión del míster Asier Garitano se hizo efectiva, igual que la de Fer Ruiz, David Valleros y Carlos de la Vega. Se va el mito, nace la leyenda. "Illa, illa, illa, Carlitos Maravilla".

3 comentarios:

Simón dijo...

Siempre en nuestro recuerdo. nos quedara de el esa elegancia y gracia extremeña. al igual que como persona,siempre colaborando en los videos promocionales del club.vuelve pronto, ya te echamos de menos. illa, illa, illa, Carlitos Maravilla.

Anónimo dijo...

Contigo Simón! Le vamos a echar mucho de menos!!!

Anónimo dijo...

Carlos Martínez no es un jugador más. Es un pepinero como pocos sobre "el verde de Butarque". Ese sentimiento se resume en sus lágrimas cuando superamos la eliminatoria ante el Lleida y sus compañeros le decían no llores Carlos, no llores...Creedme, en Segunda A también hace falta alguien que enseñe lo que significa este escudo y esta camiseta. No vendrá otro que le supere en amor a este club ni en entrega a estos colores. Yo "no he sido" pero como pepinero te pido perdón...José Luis López