Nadie hubiera imaginado que 2012 terminaría así, con una sonrisa como emblema y una sexta plaza que invita a frotarse las manos. De todos es sabido que la capacidad soñadora de la parroquia pepinera supera cualquier horizonte, pero la victoria en Mieres del pasado sábado ha liberado --en cierta medida-- el marcaje que sufría la palabra 'play-off'. Justo, en la misma semana que todos los medios se hacían eco de la campaña de abonados para la segunda vuelta. No han hecho falta fuegos artificiales, pero si el Córdoba ha conseguido que la Copa mole, el Lega... la mete en casa al ritmo del coreano más de moda.
Los de Pablo Alfaro se medían a un Caudal con idéntica racha positiva. Dos equipos al alza que levantaron sus espadas en un partido de brega, que pudo haber ganado cualquiera. La prensa asturiana piensa que fue "demasiado botín" para el Leganés. En el Sur de Madrid, las crónicas dirigen el foco a la efectividad pepinera, culminada por un cabezazo de Óscar Vega a falta de 25 minutos para el final. Otra vez al calor de la fuente inagotable de asistencias. Otra vez, un pase delicioso de Carlos Martínez, una de los mejoras noticias para el club de Butarque en este 2012.
Se bien es cierto, se acaba un año un tanto canalla. Auspiciado por la mejor plantilla de la última década, el Leganés necesitó salvarse en la última jornada con Víctor Fernández en el banquillo. El ídolo destinado a celebrar el ascenso, debió mancharse de barro antes de colgar las botas. Se fue Paco Belmonte, vilipendiado sin merecerlo, y también Chema Rico, el entrenador elegido por Felipe Moreno para este 2013. Cambió el cauce del río. Llegó Melgar y confeccionó un equipo "descompensado", de momento, pero más que suficiente para haber recuperado las ganas de disfrutar en Butarque. Ha vuelto el Lega. Feliz 2013.
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