Una victoria y nada más. Eso fue lo que ocurrió ayer en Butarque. El Leganés ganó al Puerta Bonita (1-0) y demostró que deberá multiplicar esfuerzos si quiere jugar el 'play-off' a final de temporada. De momento se encuentra agazapado, esperando a dar caza a la presa. Una posición privilegiada que bien firmaría Garitano antes de afrontar las ocho últimas jornadas. Quinta plaza, a un punto del cuarto y a dos del segundo. Todo apretadito en un puño y el Lega con la sartén por el mango. Un calendario agradable y más partidos en casa que fuera, todo marcha bien.
El problema es que ayer no hubo pegamento emocional alguno. Ni tan siquiera, la infinita nómina de oportunidades que han convertido al Lega en el equipo que es hoy día. Es cierto que los rivales ya no juegan a jugar; ahora juegan a ganar. La clasificación ahoga y las prisas son un gatillo incuestionable para equipos como el carabanchelero, que llegó vivo al 90 gracias a Yuma, Peragón y Amaya. Pero este domingo, y ya van dos, el Leganés cedió el protagonismo después de un cuarto de hora más que digno. El gol y a dormir. Muy lejos de esa versión insaciable que se dedicaba a acumular méritos durante la hora y media de partido.
De hecho, el Lega mereció mucho más los tres puntos en el partido de ida (0-0) que en el de ayer. Al menos, Carlos Álvarez volvió a marcar haciendo bueno un excelente pase de Luis Ruiz, la otra gran noticia. El canterano atlético sustituyó a De la Vega a un alto nivel y, de paso, se ganó un sitio en el once para el próximo domingo. Vendrá el Barakaldo, palabras mayores, y no valdrá lo de ayer. Empieza lo bueno, en menos de un mes sabremos si el Lega se saca el confeti del bolsillo.
FOTO: JESÚS JIMÉNEZ VICO
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