Resulta difícil escribir de fútbol después de un fin de semana marcado por el adiós de Tito Vilanova. Uno de los nuestros, de los que amaba el balón por encima de todas las cosas, el arquitecto --junto a Pep Guardiola-- del mejor equipo de las últimas dos décadas, falleció el pasado viernes por culpa del cáncer. Butarque guardó un minuto de silencio en su recuerdo, como en todos los campos de España, y se marchó igual de apagado, con el mismo ritual con el que había comenzado el 'clásico' ante el Toledo. Iván Mateos, con una falta soberbia, equilibró el gol de Velasco y dejó el definitivo empate (1-1).
Con esos dos puntos también se esfumó el liderato. Coger la punta, que dirían en Sudamérica, habría supuesto tener la posibilidad de jugar un play-off sin ponerse de puntillas para salir en la foto. A eso se arriesgó el Lega este domingo, que nadó para ahogarse en la orilla y dejar al Sestao a un punto. La superioridad fue evidente, pero el oficio de los manchegos --que sobrevivieron incluso al carácter indómito del 'guaje'-- dejó el partido en tablas. Mención aparte para Carlos Martínez, que ya asiste hasta con la pierna 'mala' y también para Valleros, quién regresó tras varios meses, y será fundamental en esta recta final.
Pero, cuando el Lega iba a comer perdices, una falta al borde del área, a los 86 minutos, le dejó con cara de tonto. Después de su gran trabajo (amén de tener un jugador menos por la expulsión de Santamaría) el liderato se quedó a un milímetro. Lo que fácilmente hubiera sido un 3-0, acabó suponiendo un punto para los de Idiakez y otro para el Lega que --visto con perspectiva-- hace buena la segunda posición y deja muy cerca un nuevo 'play-off'. El ascenso pasa por esa primera plaza, y la plantilla es consciente. Ganando un partido el Lega estará entre los cuatro mejores; ganando los dos, el ascenso estaría más cerca de lo que nunca hubieran imaginado. Racing, Atlético Baleares o Albacete. Sigan soñando, claro que sí.
FOTO: CD Leganés
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