A quién sea y dónde sea

Perder en El Molinón si en tu DNI pone Leganés, entra dentro de los planes. Hacerlo cuando ganas 0-1 a los 80 minutos, provoca un picor irritante que no se pasa en una tarde. No hay consuelo salvo pensar nuevamente en la entidad del rival. Todo un Sporting de Gijón, llamado a estar en la nómina de candidatos al ascenso y bajo la batuta del gran Abelardo, el arquitecto al que no le dieron materiales para su obra. Es cierto que los asturianos fueron mucho mejores hasta el descanso, cuando el Lega sólo podía llamar a la puerta tímidamente. Nadie se atrevía a derribar ese respeto. Al fútbol, a la historia. Hasta al 'Brujo' Quini, que sigue ejerciendo en la banda como delegado de los rojiblancos.

Ahí se manejó Garitano a las mil maravillas, que vio arropada su estrategia a medida que pasaban los minutos y el 0-0 seguía en el marcador. El míster sigue leyendo los partidos con tino, Fran Moreno templó los nervios, como siempre, y Velasco tuvo la gloria en sus manos, pero fue Diego Aguirre, recién entrado al campo, quién cazó la presa y la metió en la cazuela. Diez minutos para final y sólo dos jugadores elaboraron la acción. Queco sacó en largo una falta y Dioni la prolongó hasta el área. Estaba todo hecho, la vida era maravillosa, el Lega iba a ganar en Gijón ¡Qué más se podía pedir!

Lo más importante es que ese gol daba al Leganés todas las papeletas para llevarse --al menos-- un punto del templo sportinguista. Era improbable pensar otra cosa dada la fiabilidad alemana de la que presume la zaga pepinera, pero sobre todo por el poco tiempo que quedaba para el final, El resto de la historia ya la saben, pero que no cunda el pánico. El Lega no sumó ningún punto, pero volvió a casa siendo mejor, demostrándose así mismo que lo de Cenicienta es para otros y que puede poner en jaque a quién se ponga por delante y en el más temido de los escenarios. A quién sea y dónde sea. No puede haber mejor redención este domingo. Viene el Betis. Sí, han leído bien: el Betis.

FOTO: Real Sporting de Gijón