Tuvo que ser así, asestando un doble golpe inicial, en dos jugadas a balón parado, aprovechando la excesiva confianza del rival por ganar al "pobre Leganés". Así decía Garitano el pasado viernes en rueda de prensa, "Hemos tenido mala suerte hasta para eso. Los equipos juegan con Las Palmas y Valladolid y luego llegamos nosotros. El pobre Leganés". Se trataba de una victoria obligada para los sabadelenses, la misma que consiguieron Albacete o Mirandés ante la misma exigencia ¡Qué mejor entonces que romper la mala racha ante un recién ascendido, ante el peor visitante de la categoría!
Con la piel de cordero fue el Leganés a Catalunya, sabedor que sus méritos no se reflejan en el expediente. Un punto que voló de Las Palmas a última hora, otros dos que se perdieron en Gijón, el cabezazo de Caneda en Miranda ¡vaya! una buena colección de infortunios que se dieron puerta en la Nova Creu Alta. Primero fue Borja Lázaro, tras una jugada ensayada de córner. Veinte minutos después --antes de la media hora-- fue el turno de Mantovani, que ajustició al equipo arlequinado con un cabezazo marca de la casa.
El escenario era inmejorable para los pepineros que --aun así-- tuvieron que ponerle una velita a la Virgen de Butarque. Nada será plácido en Segunda, ni los triunfos por 0-2 al descanso. Un zapatazo a la escuadra de Antonio Hidalgo puso la incertidumbre durante toda la segunda parte. Álvaro pudo haber ampliado la cuenta y los locales también empujaron en el rush final. El marcador no cambió y el Lega se estrenó fuera de casa cuatro meses después del comienzo liguero. Ningún pepinero olvidará que fue en Sabadell, un 14 de diciembre. El domingo les veo por Butarque, viene el equipo más añejo del fútbol español.
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