lunes, 19 de enero de 2015

El Lega no es Rafa Nadal



En el verano de 2008, con motivo de los Juegos Olímpicos de Pekín, me pegué varios madrugones para seguir a los atletas españoles. Todavía recuerdo bien mi frustración por el cuarto puesto de Javier Gómez Noya en el triatlón, la más amarga de todas las posiciones, el primero de los perdedores. Eran las cinco de la mañana y el ferrolano funcionó como diana de mi cabreo, pensando --mi subconsciente-- que todos los españoles se llamaban Rafa Nadal. Ayer, volviendo de Zaragoza, recordé este capítulo y pensé que el Lega --si había de compararse con un tenista-- nunca sería con el genio de Manacor.


Recién ascendido a Segunda, cómodo en mitad de la tabla y con 26 puntos al término de la primera vuelta, supone una proyección de 52 que sería suficiente para la salvación. No es excusa, no es conformismo, pero lo normal, en el maldito fútbol moderno, es que el Lega pierda en La Romareda nueve de cada diez partidos que juegue. No todos podemos llevar un Ferrari. El problema es que el aficionado blanquiazul vio que no hubo, ni hay tantas diferencias entre maños y pepineros; y que ayer sólo un apellido cambió el curso del partido. De Lázaro a Bastón, ahí anduvo el juego.

El primero vive en estado de gracia en la capital aragonesa, ha recuperado su mejor fútbol y este domingo inauguró el marcador con un gol en fuera de juego. Nadie del Lega puso el grito en el cielo, ni tan siquiera Asier Garitano lo mencionó en rueda de prensa. Una magnífica noticia que el entrenador siga al margen de todo esto. Fútbol, fútbol y más fútbol. Cuando Lázaro tuvo el empate, apareció de nuevo su tocayo del Zaragoza para cerrar la batalla. El 2-0 no fue justo, pero sí real. El único muro que todavía no ha derribado este Lega en Segunda: ganar en una gran plaza a un gran rival. Pero recuerden, no lo olviden, Rafa Nadal sólo hay uno.


FOTO: Ángel de Castro/El Periódico de Aragón

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